
El invierno es una de las estaciones más esperada por el sector agrícola, tomando en cuenta el impacto que conlleva el recurso hídrico a la situación de la siembra, es importante conocer las proyecciones que se plantean tantos los organismos nacionales como internacionales.
Y es que la temporada de huracanes en las cuencas del Pacífico y Atlántico está por dar inicio. El Comité Regional de Recursos Hidráulicos estima que para este año 2021, las tormentas en el Atlántico sean menores a las de años pasados, esto gracias a la mejora de la temperatura que se ha mantenido desde octubre 2020 y el fenómeno de La Niña.
Se estima que a lo largo de la temporada se desarrollen entre 16 y 20 tormentas con potencial de desarrollo ciclónico en la cuenca Atlántica, mientras que en el Pacífico el pronóstico es alentador, ya que el año 2020 la temporada se encontró en los rangos normales de la época.
Según los modelos meteorológicos, el invierno en la región centroamericana iniciaría la segunda quincena de mayo y se estima una duración aproximada de 7 meses, tomando en cuenta que los meses de septiembre, octubre y primera quincena de noviembre, la temporada de tormentas tropicales y huracanes en la cuenca Atlántica sea más activa.

Las condiciones esperadas para sequía meteorológica es con probabilidad moderada (40 a 60%) se espera se desarrolle a finales de junio; y durante el mes de julio. Durante el mes de julio se proyecta una disminución natural de la cantidad de lluvia, es decir, la precipitación ocurre diariamente, pero en cantidades relativamente bajas y en asocio a la sequía meteorológica.
La Perspectiva del Clima a través del Foro del Clima de América Central (FCAC) hace una una estimación sobre el posible comportamiento de la lluvia y la temperatura realizada con herramientas estadísticas, comparación con años análogos y análisis de los resultados de modelos globales y regionales sobre las temperaturas de la superficie del mar, los patrones de viento, presión atmosférica y la precipitación, que tienen como objetivo complementar las actividades de pronóstico que realizan los sistemas meteorológicos en cada uno de los países de la región. La perspectiva no contempla eventos extremos puntuales y de corta duración.